Sin buscarte, te pedí y te encontré

Hace unos meses que te conocí, de lo poco que nos hemos tratado me pongo a pensar porque me sentía tan a gusto contigo y descubro que sin darme cuenta paso lo que hace varios años atrás yo le pedí al universo y, el universo te mando.


Hace años escribí esto: Sólo busco una persona linda, buen mozo, un poco atlético, que tenga una mirada cautivante, que toque algún instrumento musical, de mente abierta, que tenga una buena conversación y que la mantenga, estudiado, que comprenda el arte o al menos le llame la atención y sepa un poco de él, y que cada vez que hablemos no me diga que esta aburrido, que tenga iniciativa, que sea cariñoso pero no empalagoso ni tan meloso pero tampoco frío, que cuando salgamos me tome de la mano, me me mire a los ojos y me de un beso así nada más sin ninguna razón, que sea alguien con quien pueda conversar de todo sin ningún problema, que tenga amigos y que podamos hacer actividades juntos y también cada quien por su parte, que le guste salir de campamento, salir de vez en cuando a tomar un café o a caminara la plaza, que no sea su afán salir a lugares solos ni ocultos, que se respete a sí mismo, a mi y a su familia; que podamos ser amigos antes que amantes.

Y, sabes qué? al parecer cuando te conocí todo se fue dando, accidentalmente me enamore. Eres mucho más de lo que imaginaba.

La noche anterior

La noche anterior recostada a tu lado, me preguntaste porque temblaba que si estaba nerviosa, yo te conteste que no estaba nerviosa, pero me quede pensando y llegue a la conclusión que mi cuerpo reconoce el calor del tuyo y mi piel respira de tus caricias, reacciona sin darme tiempo a pensar, no si lo sepas pero me encanta estar contigo, me fascina que me toques, y me encantaría poder pasar mas momentos juntos, a solas, sin la presión del tiempo ni de lo que sucede a nuestro alrededor, de que llegue alguien, poder perdernos aunque sea un día, solamente tu y yo.
P.D.: Me encantas

Cuando me desperté, el dinosaurio todavía estaba ahí…

Es la primera vez que entiendo ese cuento. No recuerdo ni quién lo escribió pero quien sea que haya sido, se merece escriban 3 tomos de análisis literario al respecto.
En cuanto abrí los ojos vi a Julio ahí, durmiendo plácidamente a mi lado. Con el cabello despeinado, la barba de dos días y sus calzones de Mario Bros se ve tan inocente. Pensándolo bien es muy inocente, todo lo hace como si fuera un niño grandote. Y ahí es donde radica el problema, todo lo hace sin pensar, como si eso le quitara responsabilidad sobre sus acciones. Se empieza a mover un poco entre sueños y decido levantarme, ya empiezo a ver el bulto que se endurece entre sus piernas. Siempre se levanta así, le encanta coger en las mañanas… para eso no está chiquito.
Me levanto y voy al estudio, prendo la computadora y me preparo para empezar a escribir. Escucho a lo lejos la regadera. Julio debe haber notado mi ausencia y ha de haber quedado extrañado. Está bien, que me extrañe un poco. 
Ya cuando termina de arreglarse escucho sus pasos que avanzan a la cocina, se detiene y luego cómo se acercan hacia mí. Lo ignoro a propósito y finjo estar trabajando. La verdad es que no he podido escribir en algún tiempo, estoy completamente bloqueada. Se queda ahí parado esperando a que reconozca su presencia, al no ver resultados finalmente empieza a hacer berrinche.
“¿Y el desayuno?”
“¿Soy tu chacha acaso? Prepáratelo tú.”
“Se me va a hacer tarde para ir al trabajo Victoria.” – me reclama en tono severo.
“Cómprate algo en el camino entonces, yo también estoy trabajando.” – digo sin dignarme a verlo.
“¡No es cierto, estás en tu blog!”
“Soy escritora… mi blog es mi trabajo…”
Lo volteo a ver de reojo. Se ve tan hermoso en su traje de ejecutivo haciendo puchero, que por un momento estoy a punto de levantarme a prepararle de desayunar. Pero no, sino cuándo va a aprender. Ok, lo acepto, no fue tan grave lo que hizo. El idiota ni siquiera se había dado cuenta y cuando se lo hice notar sus justificaciones fueron muy válidas… pero, ¿acaso le es tan difícil haber dicho “lo siento”, “disculpa”, “perdón”? Lo ignoro y sigo escribiendo.
“¿Estas enojada conmigo?”
“¿Tengo motivos para estar enojada?”
“No lo sé. Nunca me dices que te pasa. Todo se lo cuentas a un montón de extraños en internet pero nunca me dices a mí. Soy tu novio Victoria, no un adivino.”
Me quedo helada un momento. Tiene un buen punto. Lo volteo a ver. Está ahí con su cara molesta.
“Lo siento.” – murmullo suavemente.
Su semblante se suaviza y se acerca a darme un beso en la frente.
“No tienes que disculparte, yo se que así eres…”
“Tonto… no me estoy disculpando…” – me ve con cara de incógnita – “nunca dijiste lo siento”.
Se queda pensando un momento. Me ve fijamente a los ojos y dice:
“Tienes razón. Lo siento.”
Sonrío y lo beso tiernamente. Él se separa un poco para verme y sonríe pícaramente.
“¿Eso significa que ya no tengo que llevarte a cenar hoy para disculparme por lo de anoche?”

“Tonto.”

Principio…

…el principio de todos los males??…mmm no lo sé ahun, en fin, una forma de escape del mundo, un refugio para mí, para el que quiera escapar de su burbuja un rato, buscar o recopilar algún dato útil para lo que sea o, por el simple hecho de explorar y, lo demás que venga con ello.